La Confirmación es el sacramento que completa la gracia del Bautismo y en el que recibimos el don del Espíritu Santo.
¿Qué es la Confirmación?
En la Confirmación el alma de un cristiano bautizado queda marcada con un sello indeleble que sólo se puede recibir una vez y que marca a esta persona para siempre como cristiano. El don del Espíritu Santo es la fuerza de lo alto en la que esta persona realiza la gracia de su Bautismo a través de su vida y es «testigo» de Cristo.
Quien opta libremente por una vida como hijo de Dios y bajo el signo de la imposición de las manos y la unción con el crisma pide el Espíritu de Dios, recibe la fuerza de ser testigo del amor y del poder de Dios con sus palabras y obras.
Ya en el Antiguo Testamento el pueblo de Dios esperaba que el Espíritu Santo se derramaría sobre el Mesías. Jesús llevó una vida en un espíritu especial de amor y en total unión con su Padre del cielo. Este Espíritu de Jesús era el «Espíritu Santo» que anhelaba el pueblo de Israel; y era el mismo Espíritu que Jesús prometió a sus discípulos, el mismo Espíritu que descendió sobre los discípulos cincuenta días después de la Pascua, en la fiesta de Pentecostés. Y nuevamente es el mismo Espíritu Santo de Jesús quien desciende sobre aquel que recibe el sacramento de la Confirmación.
Más información en el Catecismo
Quiero recibir la Confirmación
El candidato a la Confirmación que ya ha alcanzado el uso de razón debe estar bautizado y profesar la fe, estar en estado de gracia, tener la intención de recibir el sacramento y estar preparado para asumir su papel de discípulo y de testigo de Cristo.
En nuestra parroquia se ofrecen cursos de catequesis de preparación para el sacramento de la Confirmación, destinados para jóvenes y adultos, que inician a partir de septiembre. Para más información, contacte con nosotros.